Me he sentado a madurar
Me he sentado a contemplar fotos de infancia, fotos de Nays olvidadas.
Me he sentado en una habitación de la casa a buscar soledad.
Me he sentado y contemplado la ventana que refleja la luz de un día soleado.
Me he sentado y permitido también imaginar los siguientes pasos.
Me he sentado a esperar con paciencia mi madurar de todo lo que llevo tiempo esperando, de todo lo que llevo tiempo regando.
Madurar.
Esa palabra me la ha regalado mi psicoterapeuta, y me ha gustado mucho integrarla a mi vida.
Esa palabra me ha invitado a pensar en ideas como la prisa vs la calma. Si se apura el proceso de arrancar la fruta no madura, es una fruta menos sabrosa. El disfrute viene luego de la espera.
Me he sentado a madurar.
Y al hacerlo he podido reconocer todo el crecimiento previo logrado hasta ahora, y el corazón se me ha llenado de gozo, de disfrute por un crecimiento bien caminado — bien encaminado.