Sentido de pertenencia para el 2025
“En la mente del Padre-Madre, los hijos están en su hogar”
El Kybalión
Me he sentado a plasmar pensamientos que siempre traen a las emociones, a esas que llevan a que la garganta se cierre y los ojos se humedezcan.
Traigo estos pensamientos como un pequeño ritual significativo de purga de mí para mí.
Poner por escrito los pensamientos para dejarlos ir y trasmutarlos.
Una respiradita y comencemos.
Para mi cerrar de 2024 e inicio de 2025, me regalé un retiro de casi dos mil soles, sin incluir pasajes, que duraba 5 días.
Un retiro que incluía los 4 elementos y era en pleno bosque de ceja de selva peruana.
Con mucha tensión/ansiedad mental (como vengo viviendo internamente desde que tengo uso de razón), pedí a mi jefe en el trabajo permiso por 3 días para irme de retiro. El viernes 27 de diciembre me embarqué en un viaje de 2 horas de Iquitos a Nauta en auto, 18 horas de Nauta a Yurimaguas, 2 horas de Yurimaguas a Tarapoto y 2 horas finales de Tarapoto al Sauce, donde cerraría y empezaría un año. El salto del 2024 al 2025 — Literalmente, a las 12 de la medianoche, el día 31 de diciembre del 2024, nos tomamos de la mano y, frente a la fogata, hicimos un salto, que fue mágico en su simbolismo.
De todos los eurekas de esos 5 días de retiro (donde nos fueron invitando a caminar los 4 elementos), quiero compartir el más trascendental que me he permitido integrar, incluso días después del retiro y el cual también alimenta la intención que le he puesto a mi 2025 (Worthy).
Este eureka se explica en las siguientes líneas que fueron canalizadas junto a mi árbol escogido en un bosque:
Saberme parte de algo perfecto,
aprender a convivir,
a habitarse y cohabitarse,
entre especies,
entre tamaños,
entre formas de vida;
con calidez,
en armonía,
donde cada uno se permite su espacio.
Saberme que soy parte de ese ecosistema también,
que estoy enraizada,
y al estarlo, también habito ese ecosistema,
al estar enraizada, no estoy sola,
soy parte del todo,
en perfecta armonía,
perfecta belleza.
No estamos solos,
nunca solos,
siempre parte de algo,
por más que a veces parezca
que algo esta
solo, separado, aislado,
ser el único en su especie,
nunca lo es,
eso siempre es parte de algo y
esta habitado
por millones de otras especies
interconectado,
desde sus raíces
unido, hasta la copa,
algo que a veces es difícil entender
cuando solo se mira en horizonte humano,
pero si uno se permite alzar la mirada,
si uno mira,
mira todo el bosque,
encuentra otras especies,
encuentra a otros de la misma especie también.
Estamos encontrándonos, con especies que vibran en la misma sinfonía, con especies distintas también, pero que en su diversidad complementan y enseñan nuevas formas de ser.
Este año quiero intencionar mi sentido de pertenencia en el sueño divino del TODO, porque soy parte del sueño; reclamaré mi valor y serenidad para habitarme desde todo mi potencial.
Bienvenido, 2025.