Yin y yang para el 2025 en adelante
Hoy el corazón me palpita fuerte.
En verdad me palpita desde ayer,
o desde hace un tiempito.
Me quita el sueño,
tamborea como llamándome desde dentro.
Todo se encamina y mi corazón en dicha quiere gritar a la humanidad,
quiere decirles
que no estamos solos,
que todo se encamina para el bien,
que podemos dar el salto juntas y juntos.
No solo es un podemos, es un debemos.
Es nuestro deber humano, no dejar atrás a los que aún sufren su humanidad.
A veces tomando coraje, volteo a ver a mis pares los hombres y siento el dolor masculino,
hombres que han olvidado su poder.
Rezo por un 2025 y un de aquí en adelante, donde pueda llevar la antorcha de luz no solo para ellas, sino para ellos también.
Algo me llama a conectar,
a alzar el llamado,
porque no podemos soñar con la nueva humanidad
si solo somos mujeres sosteniendo ese sueño,
si solo somos mujeres sanándonos,
si solo somos mujeres despertándonos,
hombres y mujeres,
yin y yang.
Hombres, los necesitamos,
los necesitamos conectados con su humanidad,
con su disciplina y fortaleza desde el amor.
Dios y diosa
que siempre nos habita,
nunca nos abandona.